El óxido de berilio ha sido fabricado comercialmente desde los últimos 50 años. Tiene una conductividad térmica elevada además de una alta resistividad volumétrica y suele ser empleado como foco frío para aislamiento electrónico. El óxido de berilio tiene una resistencia dieléctrica alta y una constante dieléctrica baja. Su resistencia al impacto térmico es buena y es químicamente estable hasta 2000C lo que explica su uso como crisol y tubo para termopar. Tiene una densidad baja, una tenacidad y una dureza altas y es transparente a las microondas. El procesado de este material extremadamente tóxico ha sido controlado durante 30 años, sin embargo puede manipularse sin riesgos siguiendo las recomendaciones de manipulado.